Es difícil estar segura cuando solo se especula en base a sentimientos hacia alguien que no está. Quedarse sosteniendo en el aire la última palabra que se escuchó y sobre ella construir toda una historia que por más que se arme sigue estando incompleta. Se puede mantener, pero aburre aunque llena de extrañas ilusiones y de temores. Llega el momento de dar un paso forzado por las circunstancias y todo cambia, cuando, entre helados y casitas viejas pintadas, te encuentras caminando a su lado en silencio, hablando y riendo a ratos. Cambia, porque te das cuenta de que la respuesta correcta es no, no te gusta, no se contienen, no hay vuelta, no va a existir el inicio ni el final. Llegan donde ya se separan y queda todo claro, la vida sigue, ahora tranquila con las cosas claras, esperando que alguna vez con el que se está en silencio caminando entre helados y casas viejas de colores sea otro.
