martes, 30 de noviembre de 2010

Me siento realmente molesta... y que la foto no tenga nada que ver no me importa.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Soplar y comer

Empanadas, para que no se me olvide

- 1 Kl de harina
- 1/4 de margarina
- 1 tazón de leche
- 1 cucharadita de polvos de hornear
- 1 cucharada de sal
- agua tibia

Mezclar, que todo esté tibio, que quede homogénea, separar en bolitas, uslerear, llenar, freír, soplar y comer

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Disociando


"Me sorprende tu disponibilidad". Si algo redondeó este fin de semana fue que me dijeran eso... Sí, qué disponibilidad, a mí también me sorprendía, no sé si antes me había pasado, pero sentía que tuve que entregar hasta lo que no tenía, o que al menos no sabía que estaba dentro de mí. Puede que lo que viví no sea gran cosa para muchos, pero para mí fue bastante.

En el retiro de la semana anterior, en mi última oración ponía que quería poner mis talentos y potencialidades al servicio de la comunidad... y ahí estaba al fin de semana siguiente poniéndolo todo.

Podría contarlo todo como una historia, pero se me hace difícil, porque serían un par de historias paralelas y no lo quiero enredar tanto... por eso lo de la disociación, porque por un lado funcionaba la entrega cocinando, lavando, secando, ordenando, haciendo carteles, ayudando con lo que había recibido para hacer charlas... pero por otro estaban los sentimientos tan a flor de piel que no me dejaban tranquila, en cuanto paraba de hacer cosas llegaba el miedo a lo que ha sido tema recurrente este año: sentirme nuevamente sola en medio de tanta gente. Menos mal que ambas cosas se disociaron, si no no podría haber hecho mucho, porque de seguro iba a dejar que ganaran los sentimientos... quizás no, los tenía que vencer a cada rato... morir a mí misma en cada momento, "dar hasta que duela" dijo el Padre Hurtado, el dolor no es tan grato, pero no estaba falto de amor...

Algo que me gustó mucho fue que me acompañaran, que me invitaran a la mesa cuando por mí me hubiese quedado comiendo en la cocina, y no que solamente me dijeran que fuera, sino que se sentaran conmigo.

En realidad no me viví sola, creo que siempre fue el miedo. Pero bueno, puedo decir que en medio del dolor - aunque no se compare con el que pueden vivir otras personas- se puede seguir viviendo... se puede seguir amando: siempre se puede (aunque odié que me lo dijeran).