jueves, 17 de septiembre de 2015

Dejando los malos hábitos


1. Quejas y un método efectivo

Tantas veces termino escribiendo aquí cuando algo me molesta,  miro este año y casi todo lo que he escrito ha sido una queja contra mi trabajo... Pero desde un tiempo hasta esta parte he estado haciendo un ejercicio mental que consiste en pensar en una situación que me moleste en particular, recordarla con el máximo de detalles y crear una especie de escena. Cuando la tengo lista imagino que la tomo, la arrugo, la envuelvo en cinta adhesiva hasta que parezca una pelota y entonces la tiro lejos, muy lejos. Increíblemente resulta y existen veces que luego no me acuerdo qué era lo que me molestaba ni  qué fue lo que me dijeron. Dependiendo de cuánto me haya molestado o cuánto dialogo haya tenido, me demoro más o menos tiempo en hacer la pelota, pero en general es una técnica muy efectiva, que me ha tenido, al menos, durante unas semanas sin tirar mala onda por aquí.

Normalmente, ante muchas situaciones laborales me quedo enojada y pensando mucho rato en lo que debí haber dicho o no dicho para ganar la partida. Pero ya me cansé, así que voy a aplicar esta técnica con más frecuencia para acabar con este mal habito. Quiero ser feliz y toda la mala onda que estaba generando solo terminaba en mí, así que ya basta con eso.

2. ¿Una persona triste con momentos felices?

Me he dado cuenta de que la mayoría de las cosas que cuento son tragedias o las cosas medias malas que me pasan. Este año con cierta regularidad ha pasado algo digno de contar, felizmente todas esas cosas ha terminado bien. Ya me había dado cuenta de esta costumbre, pero en el momento que alguien me lo hizo notar pensé "que pesimista es mi parada ante la vida". Después de pensarlo un poco más me di cuenta de que no. Una vez alguien preguntó "¿Eres una persona triste con momentos felices o eres una persona feliz con momentos tristes?", ante eso me quedo con los segundo, de alguna forma muy calmada soy una persona feliz con momentos tristes. Porque las cosas que cuento las siento así, como momentos. Quizá no cuento las cosas felices porque estoy tan acostumbrada a ella que no las noto mucho a no ser que se destaquen con fuerza, como si siento que se destacan las cosas tristes, donde sí noto su presencia que me desarma.

3. Existe la resiliencia 

Ayer hubo un terremoto, donde vivo fue más bien un temblor muy fuerte y largo, pero esto se suma a otras cosas que han pasado en el país durante este año. Erupciones volcánicas, inundaciones, incendios... Hoy día estaba en el gimnasio y en la radio hacían notar eso, el locutor hablaba de lo golpeado que había estado el país este último tiempo y de la capacidad que tenemos de levantarnos ante esa adversidad. Justo hoy día en la mañana me estaba asustando por una situación en particular que no he podido solucionar y que me ha tenido imaginando las peores explicaciones, después pensé "uf, no me extrañaría que algo más me pasara". Mientras escuchaba al locutor, sentía que hablaba de mí. Solo me queda pensar que, bueno, si algo pasa hay que volver a pararse, porque en el suelo no me quedo, espero ser más rápida que en otros momentos y dejar el mal hábito de sufrir por gusto.



domingo, 5 de julio de 2015

Mariposas en la garganta

Desde el viernes me empezó a doler la "garganta", pero ese doler tiene que salir volando como una mariposa a la que nada le importa, esa que no tiene miedo de salir en invierno y pasar volando por encima de todo, de todos, de eso que me molesta. Ese lugar, esa gente, me tienen cansada, me agobian y todo se queda dentro y los aleteos me dañan. No lo quiero dentro, se va y se va ya.

miércoles, 1 de julio de 2015

Trabajo, trabajo...

Yo aquí solo soy la (puesto de trabajo)... A veces lo paso bien y disfruto el trabajo, a veces me reconocen los logros, otros los ignoran y a veces pasan cosas que me molestan profundamente como hoy. El gusto de ese lugar por armar problemas donde no los hay, de actuar precipitadamente saltándome olímpicamente y devolverse donde estoy para darme la patada, porque aunque ellos hayan actuado mal, es mi culpa desde algún punto de vista...
Puedo enojarme, alegar, ladrar y morder... pero mejor no digo nada, yo no mando "Yo aquí solo soy el perro".

martes, 21 de abril de 2015

Ni en las buenas ni en las malas

Tomé una decisión, no sé cómo llevarla a cabo de una manera amable, pero eso sí, decidí separar mi vida laboral de la personal. 
Hasta ahora lo había hecho como una forma de defender mis tiempos y no llevarme trabajo para la casa y de paso soslayar mis dificultades para ser sociable.
Pero ahora es otro el motivo, la razón que me pesa hoy día es defenderme a mí misma, no solo mis tiempos.
En el trabajo me siento apreciada como profesional, no tengo nada que decidir de eso, pero cuando bajé la guardia y las relaciones que comencé a entablar ya no fueron solo profesionales sino que iba yo, incluida completa, me sentí triste, aunque en un comienzo, al compartir las alegrías hubiese sido algo satisfactorio. 
Allá siempre va a importar por encima de todo el quehacer, así que si saco a flote mi vulnerabilidad nunca voy a encontrar el apoyo que necesito y lejos de eso, voy a seguir viendo como "el deber" pasa por encima de mí, esté como esté.
No me gusta sentir que a nadie le importe tanto como a mí las cosas que me pasan -aunque entiendo que eso es problema mío-, por lo mismo, es mejor que separe mi vida laboral de la personal, donde sí encuentro a quienes se alegran por mí desinterasadamente y, todavía más importante, me dejan reposar en los momentos tristes.
Debo decir, eso sí, que no creo que las personas del trabajo sean las malas a quienes no les importo mucho más allá de lo profesional, es solo el sistema, me imagino que si me veo con un poco más de distancia juego al mismo juego.

(Continuará... pero lo otro es algo bueno con lo que me sorprendió la vida)


viernes, 3 de abril de 2015

viernes, 13 de marzo de 2015

Igualdad

Hace unos días fue el "día de la mujer", en el trabajo me regalaron unas flores y un chocolate, no pude evitar preguntarme qué se le regalaría a un hombre en el "día del hombre", creo que lo único que lo podría equiparar sería un six pack de cervezas y unos calcetines.



jueves, 12 de febrero de 2015

La falsa lista de deseos que en realidad ocurrieron


  1. Cortarme el pelo sola
  2. Cortarle el pelo a una amiga
  3. Andar en parapente
  4. Tener una cita con un hindú
  5. Andar en globo
  6. Aparecer de extra en un comercial español
  7. Estar ocho días en silencio
  8. Aprender a bailar salsa
  9. Estudiar una carrera en la Universidad de Chile
  10. Aprender a bailar cueca urbana
  11. Aprender a tocar guitarra
  12. Cantar en un karaoke
  13. Tomar una ranita de Darwin
  14. Ir a misa a la catedral de Lima
  15. Hacer comida para 30 todo un fin de semana
  16. Perderme en una tormenta
  17. Ser dada de alta de una terapia
  18. Andar en caballito de totora
  19. Adoptar un perrito
  20. Comer tiburón
  21. Sacarme un 7 en un examen oral
  22. Aprender a hacer empanadas
  23. Prender un faro
  24. Pasar días en un pueblo sin luz ni agua potable
  25. Andar en ambulancia
  26. Compartir la mesa con un desconocido
  27. Ir a un taller de repostería
  28. Estar en un coro
  29. Tomar un curso de tiro con arco
  30. Arriesgarme a amar
  31. Nadar con tortugas
  32. Mantener por años un blog sin seguidores
  33. Abrazar a un extraño
  34. Cubrirme de barro
  35. Tomar té con rosas dentro
  36. Bailar en la calle
  37. Ir al ballet al Teatro Municipal
  38. Andar en camión
  39. Hacer dedo en otro país
  40. Madurar un poco...
  41. Resolver un misterio
  42. Vivir una experiencia paranormal
  43. Sobrevivir a un terremoto
  44. Andar en el teleférico del cerro San Cristóbal
  45. Cantar en la grabación de un CD
  46. Comer un completo en el guatón
  47. Participar en una obra de teatro de Moliere
  48. Superar mi aversión a los mariscos
  49. Decidir hacer algo bueno por alguien y hacerlo
  50. Leer "Don Quijote de la Mancha" en un día

viernes, 30 de enero de 2015

¿Pan? ¿Qué? ¿Qué?

Aquí hay otra receta recuperada de mis días en el electivo de repostería...

Ingredientes:

- 2 huevos
- 1 taza de harina
- 1 taza de leche
- 1 cucharada de aceite para la mezcla
- La punta de un cuchillo de sal

Preparación:

(Según yo) Batir las claras hasta que suban y luego agregar las yemas, agregar intercaladamente la leche y el harina mientras se sigue batiendo. También colocar el aceite y la sal en la mezcla.

En un sartén con teflón colocar muy poco aceite, realmente muy poco, calentarlo a fuego bajo y echar un cucharon de la mezcla en el medio y mover para que el círculo de mezcla se agrande, dejarlo un momento y luego dar vuela con una espátula.

Apilar los panqueques que salgan, luego rellenarlos con mermelada, manjar o lo que sea, enrollar y comer.



miércoles, 14 de enero de 2015

Metas

Y lejos de adelgazar, como se lo  había propuesto, engordó


domingo, 4 de enero de 2015

Sí, quiero

Existen buenas decisiones, que surgen de buenas decisiones anteriores, las que a su vez nacen de otras buenas decisiones y así.
Lo bueno es crecer, saberse y sentirse libre.