jueves, 28 de enero de 2010

En quinientas cinco palabras

Doy un paso atrás y se proyecta delante de mí la extraña historia en la que de pronto se vio envuelto medianamente él, el chico del chaleco feo.
Todo empezó el fatídico día en que se le ocurrió entrar y sostener la mirada de ella... ella, la que se sentaba en la segunda fila, en la columna del medio a unos pocos puestos de él.
Extraños sucesos pasaron en su vida después de ese año, hasta que ya saliendo de su carrera recibe una carta de ella, la que lo miraba, y le contaba cómo es que pasaron esa serie de eventos sin ningún sentido ni fin... en ella decía:


Es simple, tu mail estaba en internet, en una nomina de un curso en el que debiste estar, me sabía tu nombre y google proporcionó la información. Tenía un mail paralelo y te escribí unas creativas líneas que al parecer llamaron tu atención, porque a los pocos días ese cuenta con un msn vacío de amigos, te tuvo a ti como el contacto principal... gran ganancia que se convertía, con el pasar de los días en una farsa. Te mandé también un fragmento de un libro que me gusta y la foto que le saqué a un ciruelo en flor de la clínica psiquiátrica.
No te metías jamás y cuando al fin lo hiciste te hablé y no tuve más respuesta que un jajaja, oh no, descubierta... o quizá no, y la siguiente vez te volví a hablar y la conversación duró mucho más, pero como toda esta historia, sin ningún sentido ni fin, fue una tarde agradable donde yo sabía con quién hablaba, mientras tú no sé que pensabas.
Pasó mucho tiempo, mucho tiempo... recordé de pronto la existencia de esa cuenta y te escribí un mail, solo para ver si me respondías algo ¿te acuerdas? era uno que no era para ti, el primero no lo respondiste, insistí con otro donde me aclaraste que tu cumpleaños ya había pasado y que me había equivocado de mail... y volví a escribir, volviste a responder, lo hice de nuevo pero, o seguía adelante y se descubría la prolongada y retorcida historia o ya paraba con este loco cuento que quise escribir con tu vida. Obligadamente opté por la segunda...
Un gusto haberme cruzado tantos días con un chico tan guapo envuelto en un chaleco tan feo.

P.D: Entremedio descubrí que lo de la separación de 6 grados se reduce entre nosotros a 3, pero bueno, ya no importa

Él recibió perplejo dicha carta, y pensó ¿Quién será? quizá sea ella, la que lo miraba. Si le hubiese hablado ese día, el último día, cuando ella estaba parada en el pasillo, esperando quizás qué, no habría sido necesario inventar tamaña tragedia... pero y ¿ella por qué no le habló entonces, cuando se fue y pasó por su lado sin mirarlo, muriéndose de ganas de que él dijera algo?.

En realidad quizá es otro suceso extraño.
Este mail se fue a la papelera porque acabó esta novela.


Cuidadito, cuidadito


Cuidadito, cuidadito que cualquier paso en falso te mata, ya pasó el tiempo en que cualquier detalle no era más que un detalle, ahora cada uno cuenta y se suma.

Más vale no pensar tanto, no decir tanto, no bromear tanto... el mundo se vuelve serio, el país de las maravillas queda atrás.
No soy más Alicia