domingo, 23 de septiembre de 2012

Anclando mi vida al cielo con un volantín...

 
Anhelo el cielo, pero me anclo al suelo como si fuese para siempre. Que bueno que existan cosas que nos recuerden hacia donde estamos llamados, aunque ese algo sea un volantín...
Nuestra vida, un suspiro entre dos eternidades dijo el P. Hurtado, un suspiro y nos aferramos tanto. Entre tanto ruido me pierdo, me gustaría aprovechar el suspiro en cosas grandes, muy grandes, tan grandes como ver lo pequeña que soy debajo de ese cielo inmenso, rodeada de cerros, de cordilleras, con horizontes plagados de mar, iluminada por el sol de día y en la noche por un abismo de estrellas... Quiero sentirme libre de las convencionalidades, de la normalidad y vivir oyendo la voz que resuena en el corazón. Quiero desapegarme de tantas cosas recordando que todo es pasajero... menos el amor.
Quiero vivir como los grandes, los que abrieron los ojos para algo más que despertar, como los que se dieron cuenta que para hacer las cosas que de verdad importan no se necesita nada más de lo que ya se tiene... Quiero vivir intensamente cada segundo, separarme de las recriminaciones del pasado y de los miedos por el futuro... vivir el presente porque es el punto de intersección con la eternidad según Lewis.
Así quiero la vida... en la tierra pero anclada al cielo.