viernes, 22 de mayo de 2020

Cambia todo cambia


Hace unos días encontré un mail que mandé en la época de la universidad, en contenido no tenía ninguna importancia más allá de enviarle el trabajo a una compañera, pero su forma me llamó la atención. Se parecía a las primeras entradas de este blog, me chocó un poco, no me reconocí ahí, me pregunto qué pasaba por mi cabeza, pareciera que no conocía muchas palabras, no sabía desarrollar una idea o me mantenía más distante de todo, como si no quisiera que las cosas me importaran. Solo escribía una idea, acompañada de algo que dejaba claro que no me importaba lo que estaba diciendo.

Muchas veces he querido borrar las primeras entradas o editarlas, para reconocerme en ellas, pero no lo hago, porque quiero recordar que existe el cambio, el cerebro se sigue desarrollando y las personas y experiencias de las que nos rodeamos tienen efecto en nuestro crecimiento.

Quiero acordarme siempre de eso, recordar que cambié  y que los demás también cambian. Esta semana me topé con "comentarios" en redes sociales de alguien a quien dejé de ver hace unos años y, así como no me reconocí a mí misma en el mail, tampoco lo reconocí a él. Me chocó un poco, porque lo apreciaba por valores como la sencillez y la bondad, ahora simplemente vi a alguien agresivo y mirador en menos. Lo dejé de seguir. Si nos conociéramos ahora posiblemente no seríamos amigos. 

Si pienso en todo lo que he cambiado en 10 años me da esperanza de que voy a seguir cambiando, espero que mis circunstancias me empujen a ser alguien mejor, más bondadosa, menos impulsiva.