jueves, 13 de mayo de 2010

Tres fotos, 21 años

Yo, en mi primer día de escuela. Me acuerdo que el primer día me puse a llorar en la sala y mi mamá me dijo que iba a estar con esa tía que estaba embarazada. Falté mucho al colegio porque en el invierno pasaba enferma. No tengo muchos recuerdos de ese año, sólo que siempre pensaba que en el lego tenía que construir la casa que salía en la caja y jamás logré hacer nada. También me acuerdo que una niña me decía Ximena y yo le decía que ese no era mi nombre, pero ella me contestaba que le gustaba más el nombre Ximena. Alguien una vez se llevó mi chaquetita de mezclilla y con mi abuelita la fuimos a buscar a la casa de la niña que por ¿error? la tomó. Me imagino que mi actuación en el prekinder no debe haber sido el mejor porque le dijeron a mi mamá que lo tenía que repetir. Luego no sé cómo no sucedió eso y pasé a Kinder B, tampoco tengo tantos recuerdos, aunque uno de los recuerdos es que el curso se tenía que vestir de indios, pero por cosas misteriosas yo fui la única indiecita mientras todas mis compañeras estaban de princesas y hadas. De ahí para delante solo sé que pasé gradualmente de no entender nada de nada, a ser una buena alumna. Hasta hace uno o dos años atrás me había reconciliado con mi recuerdo de la escuela básica, pero hubo esa junta que apenas recuerdo y ya volvió, nuevamente, la pérdida de cariño a esos 10 años de vida. No a todo, los recuerdos estúpidos con mis amigos forman parte de un buen recuerdo, que encaja de manera extraña con lo que soy ahora.
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Y esta otro foto es mi foto favorita de mí misma, soy yo con mis papás y la cati. Es de la graduación de 4° medio, lo que me gusta es que me veo tan feliz y en realidad estaba tan enojada. La ceremonia duro horas y horas, habiendo podido durar mucho menos ya que eramos solo dos cursos. En la graduación además de aburrirme pensaba en que a esa misma hora se estaba graduando el Esteban. Fui el cuarto lugar del curso y estaba dentro del 10% mejor de la promoción, me pregunto cómo pasó eso si no me gustaba ir al colegio, todos los días en la mañana le decía a mi mamá que me dolía la guata para poder faltar, con la ilusa esperanza de que algún día me funcionara. A lo único que me gustaba ir era al parque del colegio, incluso llegaba tarde para poder entrar por ahí. También me pregunto cómo es que terminé y entré a la universidad si en un test muy confiable salí con un 8% de motivación por el estudio, y no estaba nada lejano de la realidad. Me acuerdo haber dicho varias veces que iba al colegio porque mi mamá me mandaba y me sorprendía que a gente le gustara ir. Después en el preuniversitario esa mirada cambió gracias a Dios. No sé cual es mi resumen de la enseñanza media. Al menos fueron años donde se me quitó lo ordinaria y parecía más señorita, como se dejó ver algunos años más tarde en unas dedicatorias que me hicieron en unas misiones. Fin de la media. Pasaron cosas muy choras entremedio pero eso amerita un capitulo aparte del colegio.

Y la universidad, la foto es de la celebración por haber pasado el examen, esa es la casa de la Chío mientras ella dormía y la Yani andaba comprando bebidas, pero lo importante es que ese fue el final. Ahí creo que sí estaba contenta, aunque mi recuerdo de la junta fue haber estado un una realidad paralela, porque parece que no lo disfruté tanto como el resto, pero es un detalle. Lo es porque ese fue solo un día y los que fui de verdad feliz fueron muchísimos. Allá nadie me mandaba a ir, iba porque me gustaba, estudiaba porque me gustaba, aprendía porque me gustaba. Me costó, la primera semana fue un mes, me sentía profundamente sola y no me sentía encajar con nadie, pero después todo cambió. Podría decir tantas cosas, pero no voy a decir mucho, quizá no escriba nada. Mi último recuerdo supongo que van a ser las horas estudiando en los dientes de la U, tirada en el suelo, riéndome mucho, evadiendo todo lo que por ese mismo tiempo me hacía sentir tan mal. Fue lindo estudiar.

martes, 11 de mayo de 2010

lunes, 10 de mayo de 2010

Querido Diario

Por esto es que no me gusta abrirme a la posibilidad de cosas que siento que me dejan tan vulnerable. Quiza en unos días más ya no piense nada de esto, pero hoydía sí.
Más encima me carga escribir estas cosas aquí... pero ya ¿qué?
Y al siguiente día... ya no tengo ese sentimiento, bastaba que respondiera lo que fuese...

domingo, 9 de mayo de 2010

Lo que nació de un sueño


No sé bien qué decir, más bien cómo decirlo. Quiero decir algo sobre ese día, no sé si contar lo que pasó, lo que pensé, lo que sentí o con lo que me volví. Quizá no cuente nada.