domingo, 26 de agosto de 2012

Sociabilidad antisocial

 
El octavo planeta estaba habitado por un nativo digital. Tenía un smartphone en la mano y no cesaba de tocarlo con los dedos.
-¡Buenos días! -dijo el principito.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el nativo, pero no alzó la mirada de su aparato. Las yemas de sus dedos no cesaban de posarse sobre la pantalla.
- ¿Qué haces? - preguntó el principito.
- Converso con mis amigos - contestó el nativo sin alzar la mirada.
- Pero estás solo. ¿Dónde están tus amigos?
- Por ahí... Por allá...- contestó el nativo.
- ¿Vamos a mirar un atardecer?
- No puedo - contestó el nativo. - Estoy conversando con mis amigos.
- Pero estás solo.
- No, algunas veces nos vemos en persona. Pero la mayor parte del tiempo nos comunicamos por aquí. Es mucho mejor, no tengo que ir a ningún lado y ellos tampoco.
- ¿Y de qué sirve tener amigos si casi nunca los ves?
- Me ahorra tiempo.
- ¿Tiempo para qué? - preguntó el principito.
- Para conversar con mis amigos.

"Tal vez no vale la pena tener amigos - pensó el principito - si uno siempre va a estar solo."