Háblame de la lluvia...
¿Cuánto tiempo es el razonable para esperar algo tan confuso, tan sin respuesta clara? Creo que no el que ha pasado...
Me retiro del juego, pero seguramente fácilmente me hacen entrar denuevo...
Quiero alguna sorpresa en mi vida...

Esperando quizá nada

¿Por dónde empezar esto? Me siento como si me fuese a morir de tanto aire que respiro, siento que en cualquier momento me va a invadir el pánico y hasta ahí no más voy a llegar. Se me junta en los labios las ganas de reir y las de gritar de enojo. Por mis dedos están que se cuelan los descalificativos que no pondré. Me estoy aburriendo, agotando, impacientando de tanta espera. Más encima no sé si lo que espero va a llegar y si llega va a ser el caos peor. ¿Quién me afirma un rato para no caer?

Cecilia Woodstock

Encontré esta foto en internet y me gustó mucho, Woodstock pateando un balón inmenso. Me sentí reflejada, no porque esté haciendo algo grande con mi vida, o algo con mi vida. Fue más bien porque es el deseo que tengo por dentro, dar un giro y que ese sea mi lema "Think Big", pensar en grande. Por ahora lo más grande que tengo en la cabeza es esto "Quiero ser yo la protagonista de mi propia historia" porque eso en este momento no esta pasando, y la historia se está volviendo tediosa y poco atractiva... Si hablo de mi vida el primer lugar lo tiene (no lo voy a escribir). Me siento en un plano abstracto.

Quiero ser como Woodstock, que aunque me vea diminuta ante muchas cosas, poder tener las agallas de enfrentarlas. Se podrá venir todo encima pero necesito tener las riendas de mi propia vida. No quiero estar sujeta todo el tiempo a las circunstancias y hacer lo que toque. Quiero poder desafiarme a mí misma y pensar en grande.

AaAHAHHHHHhhh!!!

¡Qué enojo! Que enojo me da estar en la casa... ¿Quién me salva? Ya sé quien no me salva de nada, nunca... pero podría ser ¿o no?

Marta Colvin

Marta Colvin, escultora chilena, nacida en Chillán en 1907 y muerta en Santiago el año 1995. Cuando estaba en el colegio, en artes visuales, tenía que buscar un recorte de alguna escultura y pegarla en el cuaderno. Hice la tarea y encontré una donde unas manos sostenían un cerebro. Esta mujer la esculpió. Mi sorpresa fue cuando varios años más tarde llegué al Instituto de Neurocirugía Asenjo a realizar mi segunda práctica, sin muchas ganas, y la escultura fue la primera en recibirme frente al edificio que posteriormente se convertiría en el lugar más grato y de mayor aprendizaje por el que he pasado durante este último tiempo. Acabo de terminar un reemplazo en ese lugar y al principio pensé que no llegaba a ningún lado y que mi buen recuerdo se iba a convertir en tres semanas de pesadilla. Pero no, todo terminó bien. Busqué las manos pero no las encontré...