sábado, 21 de noviembre de 2009

La desamistad


Es fácil perder amistades, no sé si cuesta menos perder las superficiales o esas donde hay lazos firmes que luego de cualquier fractura ya no se sanan más. Normalmente, creo, que cuando hay una amistad deshecha (desamistad) las dos partes conocen los motivos, ya que están en pleno conocimiento de la relación causa-efecto que la provoca. En esta relación causa efecto existe un acto negativo desde una de las partes que genera en la otra una mala acogida, lo que provocaría una desamistad temporal o permanente, según la gravedad del hecho o la sensibilidad del afectado.
Sin embargo creo que la desamistad vivida en mi propia persona rompe un poco este esquema lógico. Detallo brevemente a continuación dos tipos de desamistad que rompen en parte esta regla.

Experiencia 1. Hace rato. Una de las partes tiene un mal acto, a raíz de ello la otra parte también comete uno y por alguna razón se convierte en un círculo donde nadie sabe quién es el primer culpable. Luego, ambas partes tienen distinta acogida acerca del mal acto de la contraparte, una lo olvida y la otra al parecer no. Podría no parecer tan problemático ni motivo de desamistad, el error es que la que lo olvida no tiene en cuenta lo que la otra parte puede estar sintiendo. Por otro lado, la contraparte no esclarece su disgusto y se aleja esperando una disculpa, mientras la otra parte no lo hace ya que todo pasó a ser un hecho menor. Finalmente: desamistad que luego de aclarar las cosas siguió siendo una amistad cordial.

Experiencia 2. Hace poco. No hay motivo gatillante. Una de las partes deja de ser parte y la otra ni se entera, solo cae en cuenta cuando quiere seguir con una amistad muy valorada (muy valorada) y choca con la desamistad. Esta es peor que la experiencia 1. Es realmente triste ser la parte no enterada del asunto, tan solo me quedo perpleja ante el acto negativo, que en este caso vendría siendo la desamistad, y es un acto negativo tan solo por resignación, porque para qué pedir explicación de esto si ya está claro que la parte que tomó la decisión la tomó por su parte, sin importarle lo que pensara la contraparte. Este hecho número 2 rompe la regla porque la desamistad ya no es solo el producto, si no también el causante de la misma.

-Editado-

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